Como tantos otros sitios del departamento este balneario toma su nombre de la lengua guaraní, Iporá significa «agua clara». Ubicado a 7 kilómetros de la ciudad de Tacuarembó fue fundado en 1965 por Felipe Albornoz Da Costa y en sus inicios era una propiedad privada. Sin embargo, en 1978 la Intendencia de Tacuarembó logró adquirirlo y desde entonces el acceso es libre para todo público. Se ha convertido en un lugar preferido de los tacuaremboenses que lo visitan en todas las estaciones del año.
El paisaje del balneario está salpicado por colinas cubiertas de montes de eucaliptos, pinos, cipreses, robles y palmeras. Una vegetación que corona el magnífico Lago de la Juventud, el primero de varios espacios acuáticos artificiales desarrollados en el área. Playas de arena dorada y rocas revisten sus márgenes, sus aguas de mucha pureza y gran profundidad invitan a toda clase de actividades deportivas y recreativas.
Posee una marcada infraestructura turística con piscina de dimensiones olímpicas, vestuarios, parador de dos pisos, canchas multipropósito, juegos infantiles. Las alternativas de estadía son cabañas y una amplia y completa zona de camping que tiene todos los servicios disponibles, como churrasqueras, agua, energía eléctrica, mesas, bancos y baños brindando condiciones que invitan al pleno disfrute y tranquilidad.
Adentrándose por sus praderas, otros dos lagos de enormes dimensiones completan la experiencia eco turística de la zona. Forman parte del Parque Presidente Manuel Oribe. Sus 600 hectáreas concentran bosques y una belleza escénica singular que ofrece hogar a diversos mamíferos, reptiles, peces y aves autóctonas. Como en todo el territorio, aquí se promueven la conservación y acciones de sostenibilidad que preservan el equilibrio natural del ambiente.






Un legado de inclusión y accesibilidad
Recientemente, Iporá ha dado un paso más hacia la inclusión con la inauguración del primer sendero accesible y un nuevo baño accesible, en el marco del programa Uruguay Natural Accesible.
El nuevo sendero ha sido diseñado especialmente para garantizar comodidad y seguridad, permitiendo que personas con movilidad reducida o discapacidad puedan recorrer y disfrutar del entorno natural de Iporá con total autonomía. Además, se ha colocado cartelería con pictogramas, facilitando la orientación y la experiencia de personas dentro del espectro autista.
Junto al sendero, se ha sumado una nueva infraestructura sanitaria accesible, asegurando que todos los visitantes tengan las condiciones necesarias para una experiencia plena y sin limitaciones. Estas mejoras reflejan nuestro compromiso con un turismo más equitativo y sin barreras, donde todos puedan disfrutar de la belleza natural del balneario.
Este proyecto, premiado por el Ministerio de Turismo, no solo destaca por su impacto en la accesibilidad, sino también por su enfoque integral hacia la inclusión, convirtiendo a Iporá en un ejemplo de cómo el turismo puede ser un derecho al alcance de todos.









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